En silla de ruedas pero lúcido,
Alberto Benavides de la Quintana, geólogo y minero, habló durante una hora.
Contó cómo construyó el grupo minero más importante del país, Buenaventura.
Incluyó el tema Conga.
"No puedo dejar de aclarar
que las aguas de las lagunas El Perol y Chica, que podrían ser afectadas por la
explotación minera, no pasan por el valle de Cajamarca ni Celendín, menos por
las ciudades circundantes. Esas aguas corren directamente al río Marañón a
través del río Sendamal. De tal manera que la oposición al proyecto Conga es
totalmente ilógica".
Lo dijo el jueves último, Alberto Benavides de la Quintana al cierre de
su exposición en el Instituto de Gobierno y Gestión Pública que dirige el ex
presidente Alan García con el patrocinio de la Universidad San Martín de
Porres.
"La laguna de Chaihuagón
–agregó en su testimonio– no será afectada y será ampliada con un reservorio,
algo que debería hacerse en todas las lagunas de la cordillera".
El expositor concluyó con un
anuncio: "La última palabra sobre Conga la tendrán los peritos, y
Yanacocha acatará esa palabra".
El pionero de la minería peruana
habló con la autoridad que le da ser el fundador de la Compañía de Minas
Buenaventura S.A. (1953), poseedora del 43,65% de las acciones de Minera
Yanacocha, promotora del proyecto Conga. La socia mayor es Newmont Minging
Corporation International (51,35%) y la
menor: Financial Corporation (5%).
Don Alberto Benavides de la
Quintana se retiró de la actividad empresarial el 25 de marzo del 2011. Pero
esta vez, a sus 91 años, hizo un esfuerzo y acudió a dar testimonio de su
trayectoria empresarial reconocida en el país y a nivel internacional.
Su reaparición coincide con el
esperado anuncio de quiénes serán los peritos que revisen el Estudio de Impacto
Ambiental de Conga.
En el auditorio de cerca de 300
personas destacaban su hijo Roque Benavides Ganoza, ex ministros de la segunda
gestión de Alan García y altos funcionarios de Yanacocha.
Las opiniones de la personalidad
invitada en torno a Conga no fueron discutidas en el evento académico.
Geólogo en la cerro
"No en vano es el hombre de
Buenaventura, un hombre que comenzó haciendo geología y minería desde
abajo", dijo el anfitrión Alan García al momento de presentarlo.
Don Alberto Benavides comenzó
agradeciendo la presencia de su contemporáneo Armando Villanueva del Campo,
legendario líder aprista.
"Nací en 1920, nada menos
que en la calle Minería, una transversal del Jirón de la Unión. Así que soy un
limeño mazamorrero", advirtió al inicio de su testimonio. "Mi madre
falleció en 1935. Yo sólo tenía 15 años. La desgracia nos afectó seriamente a
mis cinco hermanos y a mí. Y nos refugiamos en el cariño y cuidado de nuestro
padre", recordó.
A los 21 años (1941), se graduó
de ingeniero de minas en la antigua Escuela de Ingenieros y no tardó en obtener
una beca para estudiar Geología Minera en la Universidad de Harvard, en el
estado de Massachusetts, entre 1942 y 1944, en plena Guerra Mundial.
A su vuelta a Lima fue contratado
por la Cerro de Pasco Cooper Corporation. Y en 1945 desposó a Elsa Ganoza de la
Torre, sobrina de Víctor Raúl Haya de la Torre, el ideólogo y fundador del
Partido Aprista.
Como encargado del Departamento
de Geología de la Cerro de Pasco tuvo decisiva participación en el desarrollo
de la mina carbonífera de Goyllarizquisga (Pasco), por lo que en 1950 fue
nombrado jefe de exploraciones de toda la corporación.
Recorrió el país y en 1951 llegó a Antamina (Áncash), detectó el
potencial minero de la concesión y recomendó a la Cerro la adquisición de los
derechos correspondientes. Así se hizo, pero no se llegó a la etapa de
producción. "Por razones fuera de mi control, esa mina dejó de ser
desarrollada por más de 50 años, perdidos para el Perú", lamentó.
Empresario en julcani
1953 fue un año hito en la vida
del perspicaz geólogo de la Cerro. En febrero de 1952 dejó la empresa
norteamericana y arrendó la mina Julcani en Huancavelica. Al año siguiente
fundó su propia empresa: Compañía de Minas Buenaventura. "Este es un
episodio que cambió mi vida. De ser un entusiasta geólogo pasé a gerenciar una
operación minera propia", recordó.
Le habían vendido Julcani porque
la consideraban mina agotada. Pero, bien explorado, el yacimiento produce hasta
hoy. A Julcani se han sumado una decena de unidades operativas a lo largo de la
Cordillera de los Andes, desde Cajamarca hasta Moquegua.
Buenaventura fue la primera
empresa minera latinoamericana en inscribirse en la Bolsa de Valores de Wall
Street de Nueva York, en 1996. Hasta hoy mantiene un movimiento notable de acciones.
Lo social y lo comunitario
"Seamos francos, los
porteños vivimos plácidamente de nuestro litoral y hemos descuidado la relación
con nuestra serranía y amazonía. La minería puede integrar, unir",
reflexionó Alberto Benavides de la Quintana el jueves último.
Esa declaración puede aparecer
sustentada en su estilo empresarial muy propio de establecerse y vivir en los
centros mineros que promovió.
En Cerro de Pasco fue teniente
alcalde en 1945-46. Y luego alcalde de la ciudad en 1948 y 1949. Indicadores de
su aproximación a la comunidad.
"La minería es importante
para el crecimiento económico, pero soy consciente: el nivel económico no
significa necesariamente desarrollo. Hay que considerar lo social", afirmó
finalmente.
Fuente: La República
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