Conflicto latente. Ayer, las
calles de Cajamarca nuevamente fueron escenario de las protestas contra el
inicio del proyecto minero Conga, de la empresa minera Yanacocha, el cual se
tiene previsto desarrollase en la cabecera de cuenca de Celendín.
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Las voces de rechazo a la minería
en Cajamarca se volvieron a oír, aunque de forma pacífica, y sin registrarse
ningún incidente, bajo la atenta mirada de efectivos policiales, la población
nuevamente se volcó a las calles a demostrar que el conflicto socio ambiental
Conga no es cosa del pasado, y no perdió fuerza por más protestas que hayan
presentado los ministros de Vivienda, René Cornejo Díaz con la promesa de la
monumental represa del río Chonta, o el titular de Energía y Minas Jorge Merino
Tafur, con los planes de electrificación rural, internet de banda ancha y
cocinas mejoradas.
Campesinos, estudiantes
universitarios, trabajadores estatales, obreros de construcción civil y hasta
niños salieron a las calles para expresar su apoyo a quienes viajaron hasta
Lima en una cruzada denominada “La marcha de los Cántaros” para presentar una
propuesta legislativa de declarar intangibles las lagunas de Conga, y evitar
que se desarrolle minería en ese colchón acuífero.
Esta protesta se programó como
rechazo a la presencia de Nadine Heredia Alarcón, esposa del Presidente de la
República, Ollanta Humala Tasso, quien se dijo arribaría a la “Ciudad del
Cumbe” para el inicio de operaciones del sistema de video vigilancia instalado
en el casco urbano como medida de seguridad ciudadana impulsada por el
municipio provincial.
La visita de la Primera Dama, se
canceló a última hora. Incluso, al cierre de la presente edición, trascendió de
la Gobernación Departamental la versión que dicho viaje se posponía.
Los manifestantes señalaron que
de llegar Heredia Alarcón a Cajamarca las protestas tendrían por objetivo dejar
en claro que no es bien recibida en esta tierra. Parte de la población no
olvida que Heredia acompañó a Ollanta Humala en su campaña proselitista
ofreciendo defender los colchones acuíferos y garantizando que no habría
explotación en cabeceras de cuenca.
Fuente: El Mercurio
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