CONGA (PERÚ):
En Cajamarca, Yanacocha prevé secar cuatro lagunas para
extraer el oro que hay debajo y trasvasar sus aguas a reservorios artificiales,
con una inversión de US$4.800 millones. La población frenó el proyecto y el
Gobierno designó tres peritos para que evalúen el estudio de impacto ambiental.
MINA INVIERNO (CHILE):
En la isla Riesco del estrecho de Magallanes, a pesar de las
críticas de grupos ambientalistas, las firmas Copec y Ultramar pretenden
extraer 6 millones de toneladas de carbón al año. Invertirán US$530 millones.
El Gobierno lo aprobó con observaciones, en espera de ejecución.
FAMATINA (ARGENTINA):
A 1.300 km al noroeste de Buenos Aires. La canadiense Osisko
Minning quería instalar una mina de oro a cielo abierto que iba a producir por
unos US$25.000 millones en 30 años. Tras protestas que duraron más de un mes,
el proyecto quedó suspendido.
CERRO COLORADO (PANAMÁ):
En la comarca Ngöbe-Buglé hay un yacimiento con 17 millones
de toneladas de cobre. El Gobierno lo concedió a empresas de Corea del Sur y
Singapur, pero los indígenas protestaron (hubo dos muertos) con cortes de
carretera entre Panamá y el resto de Centroamérica.
SANTURBÁN (COLOMBIA):
La canadiense Greystar preveía explotar Santurbán, en el
páramo de Santander, que debía producir 16 toneladas de oro y 2,3 millones de
onzas de plata. El proyecto se suspendió por presión de habitantes y
ambientalistas que advirtieron el peligro en las fuentes de agua de la
provincia.
ARATIRÍ (URUGUAY):
La india Zamin Ferrous quiere desde el 2007 desarrollar un
proyecto de hierro con una inversión de US$3.000 millones. En los últimos años
se han organizado varias manifestaciones de protesta por daño ambiental. El
Gobierno aún no decidió la aprobación del proyecto.
CRUCITAS DE CUTRIS (COSTA RICA):
La canadiense Infinito Gold preveía extraer 900.000 onzas de
oro en una mina a cielo abierto. Grupos ecologistas y políticos decían que la
mina implicaba la tala de un bosque tropical seco con especies de flora y fauna
endémicas. Se logró detener el proyecto por la vía judicial.
FRUTADEL NORTE (ECUADOR):
En la provincia de Zamora Chinchipe (sureste). A pesar de
las protestas, el Gobierno autorizó a la canadiense Kinross explotar un campo
amazónico subterráneo con reservas de 6,4 millones de onzas de oro y 9,1 millones
de onzas de plata. La inversión inicial es de US$1.100 millones.
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