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viernes, 17 de junio de 2011

PUNO - ANÁLISIS: MIRADA DE ALAN GARCÍA SOBRE EL CONFLICTO: PRIMITIVOS Vs MODERNOS

PUNO -ANÁLISIS: PIZANGO II

Interesante texto de Mirko Lauer donde reflexiona sobre lo que se viene para el próximo gobierno, sobre todo porque las protestas pasaron de lo local a lo regional, con un nuevo modus operandi para lograr sus objetivos


Por Mirko Lauer
La peripecia de Walter Aduviri, el político que lideró la más reciente asonada puneña, está cargada de resonancias. Su referencia a que de ser detenido podría producir otro Bagua es una amenaza que el gobierno saliente de todas maneras va a escuchar. Mientras que su defensa por parte de los congresistas electos Javier Diez Canseco y Yonhy Lescano algo le está diciendo al próximo gobierno.


Aduviri y sus seguidores ya han logrado arrinconar políticamente a Mauricio Rodríguez, el presidente regional, y ahora se disponen a hacer algo parecido con el gobierno central. En Bagua Aidesep y el dirigente Alberto Pizango (cuyo Canal 5 fue Nicaragua) lograron ganarle la moral al gobierno, y así paralizar hasta la fecha parte de la inversión extractiva en la Amazonía.

A lo que estamos asistiendo no es un mero conflicto con una mina, como los hay tantos, sino el esbozo de un proyecto para el futuro de la región entera. Este veta la minería de plano, tranca la presa de Iñambari, y tácitamente establece un modus operandi político hacia delante, que no pasa por el gobierno regional o el central. Son las fuerzas de la informalidad que han logrado organizarse.

Vemos, pues, que el conflicto social en regiones claves se ha puesto los pantalones largos en el país, y le da la bienvenida adelantada al gobierno de Ollanta Humala. Sin duda el desafío de la gente de Aduviri va a influir en el tipo de primer ministro, y hasta en el tipo de gabinete que nombrará Humala en unas semanas. Es decir que lo obligará a rayar una cancha dura de partida.

Durante 10 años un rasgo de los conflictos sociales fue su carácter temáticamente puntual, geográficamente disperso y políticamente desarticulado en términos nacionales. Esto podría estar empezando a terminar. Más todavía si la coordinación de las movilizaciones en el país rebasa las proverbiales mesas de diálogo y se llega a trasladar a sectores del oficialismo.

Está claro que el nuevo gobierno está heredando también una república de reclamos y protestas, con una agenda propia y mecanismos de confrontación con un apreciable porcentaje de éxito. La autoridad de los gobiernos regionales viene siendo rebasada en cada vez más escenarios. Las situaciones se resuelven, pero los efectos políticos residuales inevitablemente se van acumulando.

Mientras tanto el país observa qué pasará con Aduviri. Cuarenta días es demasiado tiempo como para que este gobierno le pueda fletar el problema al que viene. Pero a la vez es poco tiempo para que un gobierno de salida logre una solución duradera al problema que comenzó con el saqueo de las oficinas de la aduana puneña.
Fuente: Republica.pe
Link: http://www.larepublica.pe/17-06-2011/pizango-ii