Le perdieron el respeto. Más de veinte mil expresaron su rechazo a la política pro inversión minera del mandatario Ollanta Humala Tasso. La Plaza de Armas fue nuevamente el escenario de esta muestra de repudio contra la actual gestión.
Con arengas, pancartas y banderolas los manifestantes expresaron su desacuerdo con la propuesta del Ejecutivo de impulsar el proyecto minero Conga, y garantizar a la vez el suministro de agua en las cuencas.
El agua o el oro
Desde tempranas horas de la mañana, miles de pobladores de Cajamarca, San Marcos, Baños del Inca, La Encañada, Porcón, Llacanora, se dieron cita para pronunciarse contra el proyecto minero Conga.
Hombres y mujeres del campo y la ciudad expresaron su rechazo a Conga. Sin distinción de credo, tendencia política o económica, las personas se unieron para reclamar la intangibilidad de las lagunas de las cabeceras de cuenca, epicentro de los proyectos extractivos.
Ninguna obra hecha por el hombre podrá superar a las obras de Dios, dijeron los manifestantes, en referencia a la propuesta de la empresa minera de transvasar las lagunas a un reservorio, el cual daría más agua a los lugares aledaños.
Diálogo
Se esperaba el arribo de la comisión de alto nivel por parte del Ejecutivo, pero fue una vana espera. No hay ningún comunicado oficial respecto del arribo del premier Salomón Lerner, o de algún ministro. Por su parte la población pide que en Cajamarca el diálogo sea con el propio presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, quien durante su campaña ofreció proteger los ecosistemas, fuentes de agua y frenar la irracional expansión minera.
Trascendió que un grupo de delgados de la Presidencia del Consejo de Ministros vino hasta Cajamarca para conversar con el presidente regional Gregorio Santos Guerrero; incluso que se pidió la intervención de representantes de la Iglesia Católica. No hubo acuerdo claro.
Hoy, las protestas continuarán, y se conoce que el día 30 de noviembre, se contará con la presencia de delegaciones de las regiones de Piura, Lambayeque, y La Libertad.
Fuente : El Mercurio
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