
Basado en una serie de imágenes satelitales, se señala que la acción de los mineros pasó de ser un punto imperceptible a la distancia a ser una inmensa huella parda de deforestación y depredación que se sobrepone a áreas donde alguna vez existieron bosques primarios.
Así, de noviembre del 2010 a octubre de 2011 la zona deforestada por la minería aumentó de 100 a 1,583 hectáreas. El estudio fue elaborado por Cristina Trujillo, de la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA).
Fuente : Pachamama
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