El Gobierno de Perú buscaba mediar el viernes entre la minera Yanacocha y pobladores que se oponen a su gran proyecto de hasta 4.800 millones de dólares, por temores a que afecte los recursos hídricos de la zona rica en minerales.
El plan, Minas Conga, contempla la mayor inversión del sector en un sólo proyecto en la historia de Perú y es desarrollado por la estadounidense Newmont y la local Buenaventura a través de su emprendimiento Yanacocha.
El nuevo Gobierno del presidente Ollanta Humala, quien asumió el cargo en julio, busca aplacar los conflictos sociales relacionados con unos 200 proyectos mineros y de petróleo en el país, donde un tercio de la población vive en la pobreza a pesar del auge económico de los últimos años.
En medio de esos esfuerzos, el Gobierno convocó a autoridades regionales y a la empresa a un diálogo, con el que buscaría evitar un brote de violencia luego de que los pobladores pidieron la paralización del proyecto y dieron hasta el jueves para que desaloje la zona, algo que es improbable.
El rechazo se tornó violento esta semana cuando la empresa permitió el acceso a los pobladores al lugar del proyecto para una inspección, quienes arrojaron piedras a un vehículo de la compañía, aunque no hubo heridos.
“Seguiremos dialogando con los líderes de la comunidad para entender las preocupaciones de la región”, dijo el presidente ejecutivo de Newmont, Richard O’Brien, en una conferencia telefónica sobre los resultados de la compañía.
PROYECTOS BAJO PRESION
El rechazo a Minas Conga surgió apenas días después de que pobladores bloquearan el acceso a la mina aurífera Yanacocha, para presionar a la firma a concretar un “acuerdo social” por unos 73 millones de dólares.
Esa protesta, que también derivó en violencia con la quema de maquinaria, llevó a la paralización temporal del yacimiento.
Minas Conga, que producirá entre 580.000 y 680.000 onzas de oro anuales en sus primeros cinco años, forma parte de los proyectos por unos 45.000 millones de dólares que importantes mineras avanzan en el país rico en recursos naturales y que son amenazados por el persistente malestar social.
O’Brien dijo que Newmont y Buenaventura están “absolutamente comprometidos” con el cuidado del agua y tierra en la zona, pero se puede esperar un poco de resistencia de la comunidad en los próximos años a medida que más trabajadores se mueven del campo a la construcción del proyecto.
“Lo que estamos tratando de hacer es responder a esas cosas y que la gente sepa que estamos dispuestos a escuchar y que no es necesario estar en las calles para protestar”, afirmó.
El plan se encuentra en la etapa inicial de construcción y produciría desde fines del 2014, según han dicho las empresas.
Además del proyecto Minas Conga, pobladores de Cajamarca rechazan otros proyectos ubicados en cabeceras de cuencas.
Entre los proyectos mineros que rechazan los comuneros figuran los proyectos auríferos La Zanja, de Buenaventura, y Tantahuatay, también de Buenaventura y la cuprífera Southern Copper, los que ya están en operación.
En muchas zonas mineras de Perú, los pobladores suelen protestar en demanda de mayores beneficios por parte de las empresas, que gozan de altos precios de los metales, y en medio de temores medioambientales, con manifestaciones que en ocasiones derivan en violencia.
Fuente : Reuters
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